Mitos, mentiras y otras verdades del embarazo

Embarazo

Antes de sacar toda la artillería de mitos, mentiras y verdades del embarazo, he de decir que este post se basa en mi experiencia personal. En la forma en la que yo viví mi primer embarazo, parto y posparto, que puede coincidir o no con la tuya. Así que, si buscas veracidad científica, no sigas leyendo: no la vas a encontrar. En cambio, si buscas entretenerte y reírte de esta fase vital tan relevante para las mujeres, prepara las palomitas.


Empezaremos por la frase del primer trimestre 🤢:

“El embarazo es maravilloso”

¿Maravilloso el qué? ¿Las náuseas? ¿El sentirte cansada y tener ataques de sueño? ¿Los vómitos, quizás? No, querida, eso no es maravilloso. El sentir ganas de que te inyecten Cariban para dejar de vomitar es una p*tada lo mires por donde lo mires. Eso, aunque entiendas el motivo, cuando estás en la más absoluta de tus miserias viendo una pared blanca curvada mientras sacas de tu cuerpo el desayuno, no es agradable. Es un asco gigantesco, enorme, del tamaño del Taj Mahal.

Y sí, prefieres tener ese síntoma a no tener ninguno por si algo no va bien, pero, leches, ¡ya te podría haber tocado a ti no ser de las que vomitan! En esto, puedo decir que tuve suerte. Pero vamos, que me solidarizo con todas las que pasáis por ello. Puñito de ánimo ✊.


¿Cuántas veces te han dicho eso de “No te levantes, que estás embarazada”?

Y resulta que todo el peso que vas a llevar es el de un vaso de agua vacío o un barreño a medio llenar de ropa. Y tú haces acopio de tu fuerza para no exasperarte demasiado cuando dices por enésima vez en el embarazo: “Estoy embarazada, no enferma”. ¿Te suena, verdad? Es un tostón, y más porque sabes que cuando nazca tu criatura vas a pasar a un segundo, tercer o cuarto plano y ya casi serás invisible. Entonces te sientes un poco incubadora humana.

Mi consejo: marca límites. No, al bebé no le va a pasar nada porque lleves los platos al fregadero ni recojas el lavavajillas, pero para colgar las cortinas o ponerte a limpiar los armarios a días de dar a luz, quizás no sea la mejor época. Así que: que te mimen, sí, pero sin que te atosiguen.


Momento espejo, tripa, pantalón 🥲

Lo sabes, por supuesto que lo sabes. Miras tus vaqueros y sabes que, más pronto que tarde, vas a tener que decirles adiós… y no sabes si para siempre. Te da pena; son el fin de una época de tu vida. Y cuando echas un vistazo a la ropa de embarazada te dan ganas de llorar. Es feísima, lo sé, tienes toda la razón. Los pantalones de embarazada tienen una goma elástica horrible, casi ninguno lleva bolsillos delanteros, y tú estiras por ponerte tus pantalones de siempre a pesar de saber que no vas a entrar. Intentas subir la cremallera, cuando esta, en su silencio de cremallera, te suplica clemencia. Pero tú, aun así, lo intentas.

Me he visto en ese momento y he sufrido. De verdad que es un asco. Pero, amiga, es temporal. Métetelo en la cabeza: casi todas las molestias del embarazo lo son. Y si finalmente después de dar a luz no vuelves a tener tu talla, piensa que tu cuerpo se habrá pasado un nivel de juego durísimo y lo habrá superado.


La gente que te toca la tripa sin permiso 🤯

Esas personas no lo saben, pero corren el riesgo de que, como te pillen con una tijera de podar cerca y de mal humor, a lo mejor se quedan como Cervantes: mancas. Es, sin duda, una de las peores faltas de respeto durante esa época. Sí, sé que da curiosidad ver la tripa y dan ganas de tocar, pero te aseguro que, si tienes confianza, pregunta primero. Es tu tripa, no la suya.

Si no estás embarazada y tienes una amiga, conocida o familiar que sí lo está, pregúntale si puedes tocarla. Si vas con educación, lo más normal es que te deje. Y si no lo hace, está en su derecho. Algunas personas se creen que, como llevas una vida dentro, no tienes derecho a decidir sobre tu cuerpo. Pero se olvidan de que el cuerpo sigue siendo tuyo. Y aunque no lo fuera… ¿qué es eso de tocar a tu hijo/a sin permiso? ¿Perdona?

Lo dicho: como pillen a una embarazada con una tijera… se dice, se comenta, se cree que algunas personas han acabado en urgencias. 😅


La gente que te cuenta su parto como si fuera una sala de despiece 😱

Mira, cariño, ya bastante acongojada voy a ese momento como para que me metas más miedos. Yo, en ese caso, lo tenía claro: solo permitía que me contasen partos buenos (o no muy malos). Y fui sin expectativas.

El parto que vas a tener es el que te toque. No lo puedes controlar. Así que solo te queda confiar en ti, en que lo vas a dar todo para que salga bien, en los sanitarios y en que es un proceso fisiológico. Estás aquí porque una mujer pasó por ello, así que podrás.

Si alguien te empieza a contar un parto truculento, párale los pies. Crea una ansiedad por la que no necesitas pasar. Por eso estás en tu derecho de pedir que no te cuenten y no necesitas ir con miedo.


El parto se siente como olas

Esto se lo escuché a una conocida presentadora y no dudo que ella lo viviera así, pero yo no.

En las ochocientas clases de preparación al parto a las que fui (yo quería ser la empollona de la clase que llevaba más miedo que otra cosa), me explicaron que me imaginase el parto como un sendero que me llevaba al momento más feliz, que no lo viera como un momento duro ni traumático. Fui totalmente incapaz. De hecho, cada vez que lo recordaba en el parto me entraban ganas de reírme de esa clase y gritarle eso de: “¡Mentirosa, fumahierbas, me has engañado!”. En realidad pensaba algo mucho peor 😅, pero por aquí tengo una imagen que guardar.

A mí las contracciones me dolieron mucho. Muchísimo. Estaba convencida de que M iba a ser hijo único. No entendía porqué narices no podían sacarme al niño y listo ¿Qué necesidad de sufrir? Con decirte que el segundo momento más feliz de mi parto fue cuando me pusieron la epidural… Pero soy consciente de que no todas las mujeres tienen un umbral de dolor tan bajo como yo, así que puede que fuera eso. Reconozco que yo no aguanto nada. Aun así, a pesar de todo, tener a tu hijo/a en brazos después de casi diez meses y traerlo al mundo, que esté bien… eso no tiene precio. Es una experiencia tan brutal que, sin duda, merece la pena. Pero vamos, que como olas no.


Clases de preparación al parto

Como te decía, me hice de todo: de hipnoparto, de pilates para embarazadas, de alimentación, de masaje perineal, charlas, charlas y más charlas… Todo para no saber cómo se empujaba en el momento del parto. Vamos, lo más importante, no lo había visto porque en todas las clases me remitían a otra y en esas otras nunca se trataba esa materia. De hecho, era curioso que en la clase presencial, de veinte embarazadas, solo había una que tenía un hijo. Por algo será… Había señales de que estaba perdiendo el tiempo y no las quise ver…


Pecho sí, pecho no

¡Menudo melón!

Si dices que vas a dar el pecho, la gente lo da por hecho, como si fuera tu obligación por ser madre. Pero si dices que no, prepárate para los comentarios: “¿Y no vas a intentarlo?”, “¿Y por qué no? ¿No vas a dar solo el calostro”. He de decir que el 99% de los comentarios fueron desde el cariño, pero hubo algunos que no tanto, o por lo menos yo no lo sentí así.

En mi opinión es perfecto darlo y es perfecto no darlo. Obviamente la realidad científica es la que es, pero considero que si vas a estar muy mal y no vas a aguantar el proceso, no tienes porqué pasar por ello si no quieres. Mi lema en ese sentido es: mamá feliz, bebé feliz. Además, hay leches de fórmula buenísimas.

Huye de las sectas, tanto de dar como de no dar. Haz lo que consideres. Hagas lo que hagas, estará perfecto. Y si en algún momento tu hijo/a te reprocha no haberle dado el pecho, siempre puedes decir: “El periodo de reclamación finalizó hace mucho tiempo”.


Las visitas

Estás en el hospital, tienes ganas de dormir y tu habitación parece las fiestas patronales del pueblo. Solo falta la charanga. Eso no lo puede permitir tu pareja o acompañante.

En las semanas previas, debes pensar bien quién quieres que vaya al hospital, sin presiones ni necesidad de quedar bien. No temas decir que no por si alguien se enfada. Es un momento muy vulnerable para ti. Tu bebé solo te va a necesitar a ti, y tú a él/ella y a tu pareja. Los demás sobran.

Consejo no pedido pero útil: cuando nazca, puedes mandar una foto con un texto tipo:

“Hola, soy [nombre]. Nací el día [X] y estoy bien. Pesé [X] y medí [Y]. Ahora soy muy pequeño/a, por eso, cuando esté listo/a para conocerte, mi papá/mamá te avisará. Un abrazo.”

Esto lo copias, lo pegas y lo envías con una foto de tu peque y listo. Quedas fenomenal, te libras de visitas innecesarias y la mayoría de la gente lo entiende, y si no lo hace es tu problema. Tu hijo/a tus normas.

Respecto a las visitas deseadas: esto debería ser como en las autopistas: el peaje de ver al bebé es que quien entre en casa, o trae comida, o viene a ayudar (vale con quedarse con el bebé mientras la mamá se da una ducha de más de un minuto). Y quien no… ya sabe dónde está la puerta. 😄 ¿Puedo ser un poco radical? Puede.


Cachivaches

Si te metes en el mundo bebé, verás que es un agujero negro donde todo es “imprescindible” mientras ves cómo tu dinero sale de tu cuenta a la velocidad de la luz.

¿Qué necesita realmente? Muy pocas cosas. Piensa bien, aprovecha ofertas, como el Prime day y no te dejes llevar por el “vas mal de tiempo”. Eso me lo dijo un vendedor en una tienda cuando pregunté por el carro en mayo y mi hijo nacía en octubre. Si te dicen eso: no compres, te están engañando.

Por suerte, Á. estuvo más centrado que yo y no me dejó que se me fuese la mano comprando. Pero estás a un clic de que ocurra.

Al final del post te dejo una lista con cosas que volvería a comprar.


Salir de casa es una mudanza

Yo no sabía la cantidad de cosas que necesitaba un bebé hasta que me puse a hacer la bolsa del carro. Es una mudanza en miniatura: pañales, toallitas, cambiador, muselina, ropa de cambio, leche, clínex…

Y da igual con cuánta antelación empieces a organizarte: vas a llegar tarde. Cuando estés saliendo por la puerta, se te va a olvidar algo… o el bebé decidirá que es el momento de mancharse (ya me entiendes). Como madre primeriza no te vas a librar y te vas a agobiar. Puede que mucho. Pero todas hemos pasado por ese momento caótico. Recuerda: respira. No pasa nada, es tu bebé, y estas cosas son normales. Con el tiempo, tendrás algo controlado: o el tiempo, o los nervios. Adivina qué he logrado controlar…


Momento pediatra

Total, que entras al pediatra sudando como maratoniana y el médico empieza a hacer preguntas, mientras tu criatura, que ya ha notado una voz desconocida, empieza a estar incómodo/a.

Aquí te puedes encontrar dos tipos de facultativo: el que te dice que todo está bien, y el que te hace sentir la peor madre del mundo por usar toallitas para limpiar el culito del bebé en lugar de agua y jabón. Antes de cambiar de pediatra, yo salía de consulta sintiéndome la peor madre del mundo. Pasado el tiempo, creo que hicimos bien en cambiar de médico. Es una carga emocional adicional que no siempre es fácil de gestionar y más cuando tu bebé está berreando, tú agobiada intentando calmar a la criatura mientras tratas de quedarte con toda la información y acordarte de escuchar bien el percentil. Bufff me he cansado solo de escribirlo. Ahora me río, hace veinte meses no. Problemas de primer mundo, sí. Echo de menos esa etapa: no.


Y por último, tú

Te dejo para el final porque eres la más importante. Sí, tu hijo/a lo es, pero no podrás ser la madre que necesita si tú no estás bien.

En las primeras semanas eres una hormona andante, no duermes, y tienes la responsabilidad de cuidar a una personita que adoras, pero que cuando llora y no sabes por qué… frustra. Y es duro. Tema aparte las discusiones en pareja, que eso pasa a otro nivel como no controléis los nervios y seáis explosivos.

Cuando eres madre, no entras al paritorio y te hacen una lobotomía. Es normal que se te pasen todo tipo de pensamientos por la cabeza. A veces echarás de menos tu vida de antes, puede que muchas más de las que estés dispuesta a reconocer, aunque tu bebé sea lo mejor que te ha pasado. No suelo ser parcial, pero en estos casos lo voy a ser: quien diga que no, miente.

No te sientas mal por pedir ayuda, por darte un paseo sola, por quedar con una amiga. Lo necesitas. Por ti, por tu pareja y por tu bebé. Con el tiempo todo mejora: volverás a caber en tus pantalones (o te comprarás otros que te gusten más), dormirás más, y no querrás que el tiempo pase tan rápido.

Tu cuerpo, quede como quede, ha pasado por una experiencia durísima que es traer vida al mundo. Y eso es brutal en el sentido más amplio de la palabra. Así que quiérelo, aprecia el esfuerzo que ha hecho y cada valora cada pequeña victoria. Si el segundo día llegas veintisiete minutos tarde, en vez de veintiocho, ya es un logro.

Te dejo en este enlace una lista con buenas opciones de productos y que te vendrán bien para la llegada del bebé. No obstante, aquí dejo unos cuantos:

Papelera de pañales. Es la que tenemos en casa y es pequeña, pero con bastante capacidad. Los recambios no son baratos, pero hay unos compatibles que van estupendamente bien, mejor que los originales incluso.

Carro del bebé. Eso en función de lo que tu estilo de vida, de donde vivas, puedes optar por opciones más ligeras o más pesadas. El carro que fijo que sí que te lo admiten en el avión sin facturar es este, el Yoyo.

Cunas. Las hay de todo tipo: minicunas, cunas, cunas ovaladas, cunas evolutivas, cunas de viaje. La que te dejo en el enlace es colecho y además está oferta por el Prime day.

Bañera. Consejo que no me has pedido: que tenga patas, fundamental. Más que nada por si te dan puntos y es cesárea, tener al bebé a tu altura te ayuda mucho, y aunque no lo sea, para no dejarte la espalda. De mis amigos/ conocidos, la gente se divide entre Twistshake y Stokke. Para los primeras semanas quizás me guste más la primera, para el transcurso del tiempo. Stokke va muy bien. Aunque ojo con esta de la marca Almar. Tiene pintón y muy bien de precio.

Silla para el coche. Recomendadísimo que gire 360º y con ISOFIX. Nosotros tenemos una que gira y una que no, y cada vez que montamos al peque en la que no lo hace, me dejo la espalda.

Pañales. Soy fiel a los Dodot sensitive, además este pack trae unos packs de toallitas que para llevarlos en la bolsa del carro, son ideales.

Bolsa del carro del bebé. Hay muchas marcas: Walking mum, Cambrass, Mi muselina. Te dejo este enlace de una que he encontrado barata y tiene muy buena pinta.

Biberones. Es importante que sea anticólicos, para tratar de disminuir los dolores de tripa cuando son muy pequeños. Los más conocidos y recomendados son Phillips y Suavinex. Del pack de Phillips me gusta que trae ya biberones de distintas tallas, chupete y cepillo, algo estupendo ya que te ahorras comprar un accesorio adicional. Pero si quieres probar primero y ver qué biberón le gusta más, el de Suavinex no es caro y puedes probar cómo le va a tu bebé. Aunque Nuk, y hablo por experiencia, van bien también.

Para dormir. Los pediatras y en esto hay bastante consenso es que lo mejor son los sacos para dormir porque es casi imposible que el bebé se tape la carita y no pueda respirar. Cuando son más mayores, se giran y demás, ya no hay tanto problema, pero cuando son recién nacidos… Y recuerda, no le lleves excesivamente abrigado/a. Me encantan los estampados de Molis & Co y de calidad están bastante bien, aunque tienes muchos más como estos sacos de verano, muy bien de precio y este saco de invierno de ositos… Muero con él.

Hamaca. Si estás sola con tu bebé recién nacido tienes dos opciones. No ducharte mientras hasta que llegue alguien o bien hacerlo mientras está contigo. Esta hamaca con velocidades me parece un puntazo. Aunque si tu presupuesto es algo mayor, quieres algo que ocupe poco, llevártelo a todos lados (de incluso en un avión) y fácil de lavar la de Babybjörn cumple con todo.

Trona. Las hay más grandes, más pequeñas… Yo lo tenía claro, mi quería algo que abultase poco. Yo tengo esta que es evolutiva y estoy encantada. Ocupa poco, fácil de limpiar, de madera… La versión un poco más premium y que puedes usar desde que nazca el bebé es la Tripp Trapp y esta que empieza siendo un balancín, no la conocía y puede ser sustitutiva de la hamaca. Y si tu problema no es el espacio y quieres amortizarla desde que nace el bebé, esta de Kinderkraft me parece muy interesante.

Tema ropita de bebé. Intenta que sea de algodón. Los bodis de Hym son de muy buena calidad y de son de algodón, y cómpralos a poder ser cruzados por delante. Hipercor para mundo ropa de bebé, es top. Ropa buena, bonita y un precio medio. Kiabi, tiene una tarjeta bebé donde vas acumulando puntos para gastar a partir de cuando nazca. Bastante bien de calidad y precios económicos.

También y esto lo vi a algunas instagramers que tienen una especie de Nespresso de bebés. Puede ser una buena opción si quieres la leche caliente en segundos.

Y con esto creo que está todo, iré actualizando poco a poco si se me ocurren artículos interesantes en la lista.

Nos leemos en el siguiente post.

Un abrazo

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