Sobre mí

Beatriz Gant

¡Hola, hola!

Soy Beatriz Gant escritora de novela romántica y Beatriz Anta abogada especialista en propiedad intelectual. BOOM, dicho. En estos ocho años no había confesado mi apellido real en público ni una sola vez por timidez, pero ahí está. Me voy a esconder un rato, ahora vuelvo, ¿vale?

Venga, ya estoy de vuelta.

Que no te engañe el tono desenfadado, en persona soy de las que se ponen a temblar como una hoja y les da vergüenza si se sienten el centro de atención, pero voy a pensar que solo tú me estás leyendo y en las distancias cortas soy menos tímida.

Ambas Beas tenemos treinta y cuatro años, vivimos en Madrid y tenemos al mismo retoño. Escribo y firmo novelas como Beatriz Gant y es que la Gant tiene la cabeza en las nubes, mientras la Anta tiene los pies en el suelo.

Soy una persona bastante cuadriculada a la que le gusta el orden y la armonía aunque su tendencia es la contraria. Me encanta madrugar (no sé si eso me hace una persona de fiar), el Derecho, me gusta la calma que transmite el silencio y creo en el poder sanador de los libros.

Catedrática en fracasar en la vida y también en eso de levantarme y seguir hacia delante. Cabezota y con el síndrome del impostor siempre rondándome, intento acallar mi sentimiento de culpa cuando no llego a todo tras una buena lloradita.

Soy autora de cinco novelas románticas que tienes en esta web y en Amazon y de un par de relatos. En cuanto a mis protagonistas, los chicos son guapos hasta caerse de culo aunque imperfectos, y las chicas mujeres independientes que van aprendiendo a encontrarse a sí mismas, con aristas,  y que, sin renunciar a sí mismas, avanzan hasta encontrar su camino. Por eso, si te gustan este tipo de protagonistas te invito a que conozcas a Jon y Laura, Roberto y Cristina, Ender y Clara, Mark y Aitana, y a mis últimos protas: Fabi y Jano.

Creo que en esta en la vida hemos venido a hacer aquello que nos hace felices, por eso quiero jugar en la vida a ser feliz haciendo aquello que me apasiona: el Derecho y escribir. ¿Quieres que juguemos?

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